Educación hoy, consecuencias mañana

 Educación hoy, consecuencias mañana

Escrito por Laura Elizondo Williams, CEO y Co-founder de Lexium

Cada sexenio trae consigo cambios en la filosofía educativa y al final del mismo, vamos cargando los aciertos y errores que conllevan las propuestas, me parece que, en el sexenio actual, la estrategia de autonomía curricular tendrá un costo enorme que habremos de pagar con la moneda de la desigualdad social y la pobreza, pues nuestros alumnos están actualmente condicionados al tamaño del conocimiento que traen consigo sus maestros.

La filosofía educativa de un país es el faro que guía el desarrollo de sus educandos, es un marco de referencia que influye en la formulación de políticas, la elaboración de currículos, la selección de métodos de enseñanza, las evaluaciones y hasta en la toma de decisiones sobre la formación docente; tiene, por tanto, un enorme impacto en aquellos que se educan pues configura el tipo de educación que recibirán y la forma en la que se prepararán para el futuro.

Desde el inicio del presente sexenio, la filosofía se llama “Nueva Escuela Mexicana”.

Sus objetivos principales son el fomento de la identidad con México,  la responsabilidad ciudadana, la transformación de la sociedad, el  respeto de la dignidad humana, la interculturalidad y la cultura de la paz.

Para lograr esto, la NEM busca articular los diferentes elementos y actores del sistema educativo y por ello, fue preciso implementar cambios en prácticamente todos los grados escolares que van desde jardín de niños, primaria, secundaria hasta la preparatoria. 

El cambio en educación básica es llamado “Nuevo Modelo Educativo”, en preparatoria “Mapa Curricular Común”.

Las propuestas, al menos en papel, suenan interesantes y muy prometedoras, como, por ejemplo, el enfoque integral, el formar individuos más completos y preparados, el aprendizaje basado en competencias.  

Pero… para lograr esto, se plantean estrategias que en la teoría suenan excelentes, pero en la práctica del día a día, en aulas saturadas, con alumnos postpandemia que traen consigo graves lagunas académicas y carencias en  técnicas de estudio y docentes acostumbrados hasta hace pocos años a tener constantes supervisiones, poca flexibilidad y mucho acompañamiento, la cosa se vuelve compleja.

Una de las estrategias que, a mi juicio, es problemática  es la autonomía curricular, pues el nuevo modelo busca que las escuelas tengan mayor autonomía para adaptar los contenidos curricular a las necesidades y características de los alumnos.

Implica otorgar libertad para adaptar el currículo oficial a las necesidades y contextos de los estudiantes, reconocer que los docentes y las escuelas tienen un conocimiento del entorno y un nivel de cultura tal que, ante cualquier tema pueden, sobre la marcha, modificar el contenido presentado y presentar otro más relevante, significativo y pertinente sobre cualquier asignatura que estén impartiendo.

Otorgar este grado de autonomía curricular al docente y a la escuela es un regalo peligroso, pues, las consecuencias, si el docente no está preparado para hacerlo, son a la larga devastadoras, entre las más peligrosas:

  • Desigualdad educativa, ampliando la brecha entre estudiantes de diferentes contextos socioeconómicos o regiones.
  • Fragmentación del currículo, dificultando la transferencia de conocimientos y habilidades entre distintas etapas educativas.
  • Falta de estándares para la evaluación comparativa, complicando medir el progreso y el desempeño de los estudiantes.
  • Relatividad en la calidad de la enseñanza ya que ésta dependerá casi en su totalidad de las aptitudes y conocimientos de cada docente.
  • Desconexión con los estándares nacionales e internacionales si se omiten elementos esenciales del curriculum que provoquen falta de alineación con los objetivos educativos nacionales o globales.

Cada una de estas consecuencias repercutirá en la calidad de vida de los alumnos actuales, la responsabilidad hoy recae en el docente, preparase y tomar muy en serio este regalo no tan deseado de “autonomía curricular” representa un gran reto para la comunidad educativa.

Redacción Lexium

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